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martes, 15 de marzo de 2016

El esposo cristiano

 
"...en una familia verdaderamente cristiana, el marido sabe que su alma es de la misma naturaleza y no menos frágil que la de su mujer y la de sus hijos; por eso añade a la de éstos su oración diaria, y así como se complace en verlos en torno suyo en la mesa familiar, no deja de acercarse con ellos a la mesa eucarística."
 
Pío XII, alocución del 24 de julio de 1940

ORACIÓN DE LA FAMILIA A LA SAGRADA FAMILIA

 
ORACIÓN DE LA FAMILIA A LA SAGRADA FAMILIA, para ser recitada por las familias cristianas, compuesta e indulgenciada por el Papa Pío XII el 30 diciembre 1957.

 
 
 
 
¡Oh Sagrada familia!, Trinidad de la tierra, Jesús, María y José, sublimes modelos y tutelares de las familias cristianas, a vosotros recurrimos no sólo para confortarnos con la suave contemplación de vuestros amables ejemplos, sino también para implorar vuestra protección y prometeros constante fidelidad en el camino que nos señaláis.
Vuestra paz, vuestra inalterable serenidad, rehacen nuestros abatidos espíritus entre las angustias de una vida cada vez más complicada y difícil, mostrándonos elocuentemente que sólo en un hogar adornado y enriquecido con las virtudes domésticas que vosotros enseñáis, podrán nuestros corazones hallar el reposo y la felicidad que tanto anhelan.
Pero ¿cómo podrá la tierna planta de la familia defenderse contra el ardor de las pasiones desenfrenadas, los movimientos insidiosos de la rebelión que casi por doquier se insinúan, el huracán de la vida moderna que se diría que quiere subvertirlo todo? No de otra manera, sino haciendo nosotros que sus raíces penetren profundamente en la tierra generosa de la piedad cristiana; implorando para ella el riego abundante de la divina gracia, especialmente por medio de la común participación en los santos sacramentos, animándola con un verdadero espíritu de fe que nos lleve a superar la concepción materialista de la vida; uniendo todas sus ramas con el estrecho vínculo del amor que, si no fuese también subrenatural, pasaría como pasan todas las cosas de esta tierra; consolidándola en su propio ser mediante el firme propósito de cumplir cada uno de nosotros nuestros deberes en todo aquello que nos impone el justo orden familiar; sosteniéndola en las asperezas de este destierro terreno, en el que a veces faltan también hogares honestos o se carece de lo necesario para una decorosa y suficiente subsistencia.
En el desorden de las ideas que a menudo turban los espíritus, nosotros proclamamos en alto la santidad, la unidad y la misión divina de la familia cristiana, célula de la sociedad y de la Iglesia, y cada uno en su puesto –padres e hijos–, con modestia, pero con firmeza, nos comprometemos a hacer cuanto esté en nuestra mano para que tan hermosos ideales sean en el mundo una realidad.
Ayúdanos tú, oh José, espejo de la más admirable paternidad en el cuidado asiduo que supiste prestar al Salvador y a la Virgen, siguiendo fielmente las divinas aspiraciones; acude en nuestro auxilio, oh María, la más amante, la más fiel y la más genuina esposa y madre; asístenos Tú, oh Jesús, que para servirnos en todo de excelso modelo quisiste hacerte el más sumiso de los hijos. Que vosotros tres estéis siempre junto a nosotros, en las horas alegres y tristes, en nuestros trabajos y en nuestro descanso, en nuestras ansias y en nuestras esperanzas, junto a los que nacen y junto a los que mueren.
Y alcanzadnos que todos los hogares, santificados a imitación del vuestro, sean para todos sus miembros escuela de virtudes, asilo de santidad, camino seguro hacia aquella eterna bienaventuranza que, por vuestra intercesión, confiadamente esperamos. Así sea.

Heroísmo de la maternidad

"El heroísmo de la maternidad es orgullo y gloria de la esposa cristiana"                        
 Pío XII, alocución del 25 de febrero de 1942


Santa Gianna Beretta Molla, ruega por nosotros

¡Restablezcamos en nuestras familias la cristiana costumbre del Rosario!






La familia que reza unida, permanece unida.
 
¡Restablezcamos en nuestras familias la cristiana costumbre del Rosario!

La madre cristiana

 
"...la madre cristiana entenderá, sin duda, que de ella, en un sentido más profundo y consolador, dijo nuestro Redentor: "La mujer..., una vez que ha dado a luz al infante, ya no se acuerda de su angustia, por su gozo de haber dado un hombre al mundo"(Juan XVI, 21), y superando todas las angustias, cuidados y cargas maternales, mucho más justa y santamente que aquella matrona romana, la madre de los Gracos, se gloriará en el Señor de la floridísima corona de sus hijos. Y ambos esposos, recibiendo de la mano de Dios estos hijos con buen ánimo y gratitud, los considerarán como un tesoro que Dios les ha encomendado, no para que lo empleen exclusivamente en utilidad propia o de la sociedad humana, sino para que lo restituyan al Señor, con provecho, en el día de la cuenta final."
S.S. Pío XI, Encíclica Casti Connubii, 7

La familia cristiana

 
"Gracias a Dios, la familia cristiana es una institución universal, defendida por la Iglesia como su más bella creación y como el mayor beneficio que ha podido prestar a la sociedad. Ahora bien, la luz, la paz, la pureza y la felicidad que irradia el hogar cristiano, todo ello dimana de la vida que llevaron en la santa casa de Nazaret, Jesús María y José."
Dom Prospero Gueranger, El año litúrgico
 
 

El perfectísimo modelo de las virtudes domésticas

"La madre de Jesús es, en efecto, un perfectísimo modelo de las virtudes domésticas, de aquellas virtudes que deben embellecer el estado de los cónyuges cristianos.
En María encontramos el afecto más puro, santo y fiel, hecho de sacrificio y de atenciones delicadas, a su santísimo esposo: en Ella la entrega completa y continua a los cuidados de la familia y de la casa; en Ella la perfecta fe y el amor hacia su hijo divino; en Ella la humildad que se manifestaba en la ...sumisión a José, en inalterable paciencia y serenidad, frente a las incomodidades de la pobreza y de trabajo, en la plena conformidad a las disposiciones, con frecuencia arduas y penosas, de la Divina Providencia, en la dulzura del trato y en la caridad hacia todos aquellos que vivían junto a los santos muros de la casita de Nazaret."
      Pío XII, virtudes domésticas, alocución del 31 de mayo de 1939
 


 
 
 
 

El silencio de San José

"Muchos que nada tienen que decir, hablan, y bajo el ruido de su lenguaje y la turbulencia de su vida disimulan la nada de sus ideas y de sus sentimientos. Y San José, que tanto tiene que decir, no habla: guarda dentro de sí las grandezas que contempla; dentro de él se levantan montañas sobre montañas, y las montañas son silenciosas."
                                                             Ernest Hello
 
 

¿Qué significa el sacramento del Matrimonio? Responde Pío XII

 
 
"(...) El sacramento del matrimonio significa, como vosotros sabéis, la unión mística de Jesucristo con su esposa la Iglesia (en la cual y de la cual deben nacer los hijos adoptivos de Dios, herederos legítimos de las promesas divinas). Y de modo que Jesucristo enriqueció sus bodas místicas con la Iglesia, con las perlas preciosísimas de la gracia divina, se complace en enriquecer el sacramento del matrimonio de dones inefables. Éstos son especialmente todas aquellas gracias necesarias y útiles a los esposos para conservar, acrecentar y perfeccionar cada vez más su santo amor recíproco, para observar la debida fidelidad conyugal, para educar sabiamente, con el ejemplo y con la vigilancia, a sus hijos y para llevar cristianamente las cargas que impone el nuevo estado de vida.
(...)Que Dios, que es tan bueno, os conceda no enturbiar jamás la grandeza de vuestros sagrados deberes."
 
S.S. Pío XII, alocución del 26 de abril de 1939

San Justino sobre la Sagrada Familia

 
"La Sagrada Familia vivía del trabajo de sus manos. La oración en común, los santos coloquios por medio de los cuales formaba y educaba Jesús de manera progresiva las almas de María y de José, tenían su tiempo señalado, debiendo cesar ante la necesidad de proveer a los menesteres de la vida cotidiana. La pobreza y el trabajo son medios aptísimos de santificación para que Dios dejara de imponerlos al grupo bendito de Nazaret. José ejercía, pues, con asiduidad, su oficio de carpintero, y Jesús compartirá su trabajo, en cuanto esté en edad propicia. Todavía en el siglo II, la tradición conservaba el recuerdo de yugos y arados... fabricados por sus divinas manos."
San Justino. Diálogo con Tritón, 88.
 
 

El modelo perfecto del hogar


 
 
"La santa casa de Nazaret se presenta a nuestra vista como el modelo perfecto del hogar cristiano. 

 José manda allí con tranquila serenidad, como el que tiene conciencia de que al obrar así hace la voluntad de Dios y habla en nombre suyo. Comprende que, al lado de su virginal Esposa y de su divino Hijo él es el más pequeño; y con todo eso, su humildad hace que, sin temor ni turbación, acepte su papel de jefe de la Sagrada Familia que Dios le ha encomendado, y como un buen sup...
erior, no piensa en hacer uso de su autoridad sino para cumplir de un modo más perfecto su oficio de servidor, de súbito y de instrumento. 

 María, como conviene a la mujer, se somete humildemente a José, y adorando al mismo tiempo a quien manda, da sin vacilar sus órdenes a Jesús en las múltiples ocasiones que se presentan en la vida de familia, llamándole, pidiendo su ayuda, señalándole tal o cual trabajo, como lo hace una madre con su hijo. 

 Y Jesús acepta humildemente sus indicaciones: se muestra atento a los menores deseos de sus padres, dócil a sus más leves órdenes. El más hábil, más sabio que María y que José, se somete a ellos en todos los detalles de la vida ordinaria y así continuará obrando hasta su vida pública, porque es la condición de la humanidad que ha asumido, y la voluntad de su Padre."
 
Dom Prospero Gueranger, El año litúrgico
 

El Ideal de esta Cruzada



El Ideal de la Cruzada de la Sagrada Familia es formar familias santas que tengan espiritu misionero y que sean familias en las que los esposos pongan todos los medios posibles para tener el mayor número de hijos, sabiendo que "quanto más y más, mayor y mejor, sólo que no se corrompa el subiecto, ni se siga enfermedad notable" (cfr. S. Ignacio, Libro EE, 83).
 
R.P. Federico