"La santa casa de Nazaret se presenta a nuestra vista como el modelo perfecto del hogar cristiano.
José manda allí con tranquila serenidad, como el que tiene conciencia de que al obrar así hace la voluntad de Dios y habla en nombre suyo. Comprende que, al lado de su virginal Esposa y de su divino Hijo él es el más pequeño; y con todo eso, su humildad hace que, sin temor ni turbación, acepte su papel de jefe de la Sagrada Familia que Dios le ha encomendado, y como un buen sup...erior, no piensa en hacer uso de su autoridad sino para cumplir de un modo más perfecto su oficio de servidor, de súbito y de instrumento.
María, como conviene a la mujer, se somete humildemente a José, y adorando al mismo tiempo a quien manda, da sin vacilar sus órdenes a Jesús en las múltiples ocasiones que se presentan en la vida de familia, llamándole, pidiendo su ayuda, señalándole tal o cual trabajo, como lo hace una madre con su hijo.
Y Jesús acepta humildemente sus indicaciones: se muestra atento a los menores deseos de sus padres, dócil a sus más leves órdenes. El más hábil, más sabio que María y que José, se somete a ellos en todos los detalles de la vida ordinaria y así continuará obrando hasta su vida pública, porque es la condición de la humanidad que ha asumido, y la voluntad de su Padre."
Dom Prospero Gueranger, El año litúrgico
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