¡Oh Virgen María! A tu Corazón Inmaculado consagramos hoy nuestro hogar y a todos los que lo habitan.
Que nuestra casa sea, como la de Nazaret, morada de paz y de felicidad por el cumplimiento de la voluntad de Dios, por la práctica de la caridad y por el perfecto abandono a la Divina Providencia.
Vela sobre cuantos lo habitan; ayúdales a vivir cristianamente; cúbrelos con tu protección maternal y dígnate, ¡Oh Bondadosa Virgen María! formar de nuevo en el Cielo este hogar que en la tierra pertenece por entero a tu Corazón Inmaculado.
Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario